Este año, Google cumple 22 años y Facebook, 17. La mayoría de los escolares y adolescentes son más jóvenes que ellos. Las tabletas se están apoderando de un número creciente de hogares, y las gafas de realidad virtual también pueden tener un futuro prometedor. El papel de la tecnología estará cada vez más arraigado en nuestras vidas y en las vidas de nuestros hijos.
Las oportunidades que ofrece la tecnología se pueden aprovechar para crear una generación de ciudadanos digitales empoderados. Sin embargo, las cosas no siempre son flores y arcoíris. También existen densas nubes negras.
A medida que la educación se vuelve cada vez más digital, con un número creciente de dispositivos que acceden a las redes, las instituciones educativas se enfrentan a una nueva ola de amenazas, como ciberataques, ciberacoso, sexting, radicalización en línea e incluso infracciones por errores humanos.
Si el aula solía ser el lugar más seguro para que los estudiantes aprendieran, la situación ya no es la misma dado al crecimiento de la tecnología.
Con los riesgos emergentes, es más importante que nunca para todas las escuelas hacer de la seguridad en línea una prioridad.
Lo primero es reconocer que, en realidad, existe un número creciente de amenazas que los estudiantes enfrentan, alimentadas por el uso extensivo de la tecnología, en la escuela y en la casa. Además, necesitan desarrollar y adoptar constantemente nuevas políticas respecto a estas amenazas.
Uno de los temas más importantes a regular es la protección de datos. Las escuelas manejan cantidades masivas de datos confidenciales relacionados con los estudiantes, sus familias, el cuerpo docente, el personal de apoyo y las partes interesadas externas. Estos datos se almacenan en múltiples ubicaciones, tanto física como digitalmente, y un número cada vez mayor de personas acceden a ellos, tanto en la escuela como de manera remota.
Desafortunadamente, muchas escuelas no son tan buenas como deberían en términos de protección de datos, y algunas no siempre se dan cuenta de lo pobre que es en realidad su manejo de datos. Es por eso que crear, actualizar e implementar políticas de protección de datos, junto con otras relacionadas con la seguridad, en línea y fuera de línea, es fundamental para garantizar que todos los estudiantes puedan tener acceso a la educación en un entorno de aprendizaje seguro.
Pero las políticas por sí solas solo pueden llegar hasta cierto punto. La seguridad en línea es, en última instancia, un problema humano. La gente está detrás de todos los problemas en línea y la gente tiene las herramientas para resolverlos.
Garantizar la seguridad en línea en las escuelas es asunto de todos.
Los profesores deben ser expertos en la materia y tener sólidas habilidades pedagógicas. También deben recopilar más datos de los estudiantes, clasificarlos y utilizarlos, administrar las aulas y los cursos en línea, y satisfacer un flujo constante de otras actividades diarias.
Los administradores escolares ya están ocupados con la administración de sus organizaciones educativas y se aseguran de cumplir con los diversos requisitos locales y estatales.
Además de eso, la brecha generacional y el hecho de que todos recuerdan el mundo como era antes de Google y Facebook hace que su conocimiento sea diferente a los conocimientos tecnológicos de los estudiantes de hoy.
Por lo tanto, es una demanda irrazonable esperar que todo el personal escolar cree políticas y cursos de seguridad en línea, los actualice, los implemente y garantice la seguridad en línea en su escuela sin capacitación, apoyo y orientación.
Es posible que no exista una solución única para superar todas las amenazas en línea que puedan encontrar los estudiantes y las escuelas. Aún así, la seguridad en línea debe ser parte del desarrollo profesional obligatorio de todo educador. Mantener a los profesores informados sobre el peligro que puede amenazar las actividades escolares es la única manera de mantenerse al día y superar este desafío en constante evolución.
Los niños también deben ser educados sobre cómo funciona la tecnología que están usando y los riesgos que conlleva. Al capacitarlos con este conocimiento, podemos aumentar sus posibilidades de navegar a través de todas estas amenazas en línea con éxito.
Los estudiantes deben aprender a ser buenos comunicadores, tomar decisiones responsables al crear y compartir contenido en línea, ofrecer apoyo a sus compañeros que puedan necesitarlo o buscar ayuda de otros. Pero lo más importante que deben darse cuenta es ser participantes activos en sus comunidades en línea, actuando sobre las cosas negativas y promoviendo las positivas.
Estas habilidades digitales son esenciales ahora y se vuelven cada vez más críticas a medida que la tecnología continúa desarrollándose y surgen nuevos riesgos en línea.
Por último, pero no menos importante, también se debe alentar a los padres a participar e involucrarse en la educación de sus hijos en línea.
Es posible que algunos padres no necesiten mucho estímulo, ya que ya supervisan todo. Pero algunos padres son tímidos con la tecnología, por lo que no pueden brindar apoyo a sus hijos si tienen que lidiar con problemas de seguridad en línea o cuando tienen que lidiar con ellos.
Los padres también deben alentar a los niños a adoptar la tecnología, pero al igual que muchas otras actividades, esto se disfruta y se comprende mejor cuando se realizan juntos.
Garantizar la seguridad en línea en las escuelas es un gran problema en el panorama educativo actual y lo seguirá siendo a medida que la educación en línea se apodere de más y más aulas. Todos necesitan apoyo y orientación para saber cómo tomar la mejor decisión al abordar las amenazas en línea.
Una vez más, garantizar la seguridad en línea en las escuelas es un problema humano, y todas las partes interesadas tienen el poder de superar todas las amenazas en línea.