En el contexto de la pandemia, muchas escuelas y universidades recurrieron a entornos virtuales de aprendizaje como la única forma de garantizar cierta continuidad en la educación durante estos tiempos difíciles. A pesar de que varios educadores y estudiantes, y toda la comunidad educativa en general, estaban familiarizados con las prácticas de aprendizaje en línea y las tecnologías educativas, el cambio fue repentino.
Diseñar e implementar un programa de aprendizaje en línea exitoso lleva tiempo. Según la cantidad de estudiantes (y su edad), el acceso a la formación y las tecnologías, así como a muchos otros recursos, puede tomar entre unas pocas semanas y hasta un año. La mayoría de los educadores solo contaron con unos pocos días para resolver este tipo de cuestiones. Afortunadamente, los profesores son ingeniosos y los estudiantes, resilientes. Improvisaron soluciones mientras lidiaban con cambios repentinos; y la educación siguió su curso, de forma remota.
Con el inicio de un nuevo año escolar, las instituciones educativas todavía tienen problemas delicados que resolver: establecer las medidas físicas adecuadas y normas de higiene más estrictas, definir cómo continuará el plan de estudios, resolver cómo tratar de forma adecuada los aspectos de salud mental de los estudiantes y los educadores, etc.
Sin embargo, hay algo de lo que no caben dudas: la educación en línea está aquí para quedarse. Los estudiantes y profesores pueden confiar en entornos virtuales de aprendizaje para realizar todas sus actividades pedagógicas. La pandemia ha dejado en claro para muchos que la educación en línea puede ser más que un simple plan B de emergencia; por el contrario, resulta una parte integrada de la educación en su conjunto.
Los aspectos negativos y las consecuencias de la amenaza invisible para la salud que se apoderó de nuestro mundo son incuestionables e innegables. Pero ahora tenemos una oportunidad única en esta generación para mejorar las cosas: diseñar un sistema educativo mejor. Un sistema más completo e inclusivo, al que se pueda acceder en cualquier momento y en cualquier lugar, sin comprometer la calidad y, lo que es más importante, uno que esté preparado para el futuro.
La tecnología educativa, o edtech, no es un concepto nuevo. No se creó para competir con la educación tradicional, a pesar de que algunos educadores lo sintieron así. Estaba destinada a apoyarla.
La tecnología educativa puede reducir enormemente la tensión administrativa de una escuela a través de varios sistemas y procesos automatizados. Por ejemplo, puede ocuparse fácilmente de todos los calendarios escolares, alertar a los administradores institucionales sobre cualquier problema y, así, darles tiempo para reaccionar antes de que empeore, y también puede proporcionar datos valiosos, fundamentales para un mejor proceso de toma de decisiones.
Además, la tecnología educativa se puede utilizar de muchas formas para despertar la curiosidad de los estudiantes, brindarles apoyo durante su proceso de aprendizaje, evaluar su dominio de los conceptos, todo eso mientras se mantienen involucrados en cada paso del camino.
Lo único que hay que tener en cuenta es que la mera presencia de la tecnología educativa en un entorno escolar no es garantía de nada. En cambio, cómo se la utiliza es el indicador real de resultados exitosos. Por eso es primordial identificar y elegir la tecnología educativa adecuada que satisfaga las necesidades de la escuela y que los profesores la usen de manera efectiva en los salones de clases para que los estudiantes realmente puedan beneficiarse de ella desde el punto de vista académico.
Un sistema de gestión de aprendizaje, o LMS (por sus siglas en inglés), es una de las soluciones de tecnología educativa más completas a la que las instituciones educativas pueden recurrir para crear una estrategia educativa apta para el futuro. Un LMS permitirá hacer lo siguiente:
Los educadores pueden utilizar el LMS de la escuela como repositorio central de todos los materiales de aprendizaje. Cada profesor puede cargar cualquier tipo de archivo digital (texto, audio, video, gráfico, enlace web, etc.) para cada lección que cree. Luego, los profesores pueden poner estos recursos a disposición de sus estudiantes cuando lo necesiten y también reutilizar (y actualizar) los mismos materiales cada año. Como beneficio adicional, estos recursos se pueden compartir con otros profesores que enseñan la misma materia dentro de la escuela o con un grupo de escuelas que utilicen el mismo LMS.
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Los estudiantes tienen diferentes necesidades de aprendizaje y, por lo tanto, aprenden de varias maneras, pero aprenden mejor cuando tienen interés en un tema en particular. Además, prosperan cuando participan en un entorno que implica cierta competencia. Los profesores pueden despertar el interés en un tema al incluir varios materiales de aprendizaje en sus lecciones en línea y hacer que el aprendizaje sea más interactivo con las diversas herramientas de colaboración de un LMS. También pueden incluir elementos ludificados, como puntos, insignias, tablas de posiciones o trofeos, a lo largo de cada lección o durante todo el curso, y animar a los estudiantes a competir entre sí o solo contra ellos mismos.
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El progreso de los estudiantes es único para cada individuo y se supone que los educadores deben apoyarlos en cada paso. Sin embargo, con tantos estudiantes y tan poco tiempo, además de los numerosos requisitos estándar que deben cumplirse, los profesores se enfrentan a un gran desafío. Un LMS puede facilitar su carga de trabajo a través de las numerosas reglas automatizadas que se pueden configurar. Por ejemplo, el profesor puede ser notificado cuando un estudiante tiene dificultades con un concepto en particular en una lección y puede intervenir con recursos y orientación adicionales para brindarle un mejor apoyo a ese estudiante. Es más, algunos sistemas vienen con varias funciones de aprendizaje adaptativo y pueden proporcionar recomendaciones personalizadas para los estudiantes de forma automática.
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Evaluar el conocimiento de los estudiantes es una de las tareas que demanda más tiempo para los profesores. Los estudiantes se benefician mucho de tener una imagen clara de su progreso de aprendizaje a través de las calificaciones que reciben. Dentro de un LMS, los profesores pueden crear muchos tipos de evaluaciones para los estudiantes, según el tipo de actividad de aprendizaje y otros factores. Incluso pueden diferenciar las evaluaciones para cada estudiante. Todo esto, junto con una imagen más detallada del progreso de un estudiante, hace que el proceso de evaluación sea mucho más preciso.
Un LMS reúne todo tipo de datos de los estudiantes que se generan cada vez que usan el sistema, e incluso puede incorporar más datos de herramientas de terceros. La generación de informes es el siguiente paso para evaluar y utilizar todos estos datos. Tener todos los datos de los estudiantes en un solo lugar ofrece una vista panorámica de su desempeño dentro de la escuela. Tanto los profesores como los administradores escolares pueden tomar decisiones más informadas, desde las más detalladas, que afectan al estudiante individualmente, hasta las más abarcadoras, que afectan a toda la escuela.
Con una conexión a Internet y una computadora (o incluso un dispositivo móvil), los profesores y los estudiantes pueden iniciar sesión en el LMS de la escuela y participar en actividades de enseñanza y aprendizaje, prácticamente de la misma forma que lo harían en el salón de clases regular. Ya sea que se trate de una decisión independiente o debido a una imposición del Gobierno, tener acceso a un LMS como una plataforma de aprendizaje a distancia es un modo de garantizar que el aprendizaje no se limite a las cuatro paredes del salón de clases y pueda continuar en línea sin ninguna interrupción en la experiencia del estudiante.
Las escuelas pueden aprovechar la situación actual para implementar una estrategia de tecnología educativa eficaz y centralizar todos sus recursos de aprendizaje y los datos del progreso de los estudiantes. Esto les permite a las escuelas ahorrar tiempo y, fundamentalmente, proporcionar evaluaciones más precisas e informadas, y liberar un poco a los profesores para que dediquen más atención a las necesidades individuales de los estudiantes.